“Finanzas
para PEQUES: sentando bases para la formación de niños con un futuro financiero”
Finanzas para
peques, es un servicio social creado por la SALAF para fomentar la cultura
financiera en los niños en comunidades de escasos recursos. En este artículo en
particular, les platicaré un poco de mis experiencias específicamente en La
Alianza, en la Escuela Primaria Beatriz I. Casso Treviño, tratando de con el
artículo pasado y con este, generar o crear una idea de lo que representa ser
parte de “finanzas para peques”, en esta segunda parte, les platicaré un poco
más de las actividades que conformaron la segunda etapa del servicio, así como
un poco de los niños, ya que, platiqué con dos de ellos y les hice una serie de
preguntas, acerca de lo que más les gusto, que cambiarían y de qué manera
sienten que éstas clases y éstos conocimientos lograron quedarse o cambiar de
cierta manera su forma de pensar y por ende su vida.
Para empezar, es
importante señalar un poco, como es que este servicio está conformado, las
actividades principales y el objetivo. Un salón conformado por 35 niños con las
ganas, disposición y deseos de aprender y participar y un equipo de 5 compañeros
(Rigo, César, Artemio, Magaly y yo, Astrid), en donde juntos, tanto alumnos
como maestros buscamos que este servicio, sea más que una clase más o un
servicio más, sino una experiencia enriquecedora que nos haga crecer y aprender
a todos de igual manera.
Una de las
actividades que más causo revuelo – sin olvidar los cochinitos y la de “los
frijolitos”- fue una creada por nuestro
compañero César, en donde para asemejar lo que conlleva tener cargas en
nuestras finanzas, los niños jugaron en el patio a intentar representar lo
difícil que es cargar con estos múltiples pagos que atrasados o no, no te dejan
seguir, fluir o en este caso caminar de manera normal y relajada. En este juego
los niños hacían una fila, y primero caminaba uno (el responsable de los pagos,
y en sí de las finanzas) y después conforme fuera caminando o viviendo, iba
acumulando pagos, y éstos pagos se representaban con otros niños que se iban
adhiriendo a las filas, quienes se tomaban de una pierna y un brazo, para de
esta manera asemejar lo que representa traer estos pagos- o niños- como carga o
responsabilidad.
Esta actividad
la realizamos en el patio de la escuela, y primero hicimos las ya dos
mencionadas filas, una de niños y otra de niñas e intentamos que aunque al
principio la carga fue demasiada llegando al punto en que los niños ya no
podían caminar y se caían, en las siguientes se dieron cuenta la tranquilidad y
facilidad que conlleva el no contraer tanta carga, y en la última ocasión hubo
una tercera fila, la de los maestros, donde mostramos que con menos carga
ganábamos la carrera, es decir, se va más rápido y se trabaja mejor, cuanta
menos carga traigas como responsabilidad. Demostrando que es necesario analizar
y reflexionar cada vez que te vayas a comprometer a “cargar” algo más, es
decir, a hacerte responsable de otro pago, pensando si verdaderamente te sería
útil y por último si es necesario o no, es decir, preguntarte si, ¿vale la pena
el costo por el beneficio?
Por otra parte,
volvimos a realizar la actividad de los frijolitos, ya que por un lado, los
niños mostraron demasiado interés y diversión con este ejercicio, y por otro
lado, al ser realizada por segunda ocasión en la penúltima sesión, queríamos
observar que tanto, sabían y podían aplicar todo lo aprendido a lo largo de las
sesiones. La dinámica siguió el mismo proceso que el anterior, pero en esta
sesión se observó una notable mejoría, ya que, los niños supieron organizarse
más y ya no se gastaron –como en la actividad anterior- todo el “dinero” o
frijolitos, en entretenimiento. Ahora desde el principio, todos mostraron
interés en primero pagar por estudiar, para que así les pagaran más en el
trabajo y en lugar de usar su dinero en cosas innecesarias, lo usaron en
comprar despensas, ropa, medicamento y más estudio. Debido a que se hizo un
énfasis en que si continuabas los estudios (había 4 niveles distintos) y
alcanzabas niveles más altos, en el trabajo te iban a pagar cada vez más,
porque contabas con un nivel superior de educación. Al final de esta actividad,
como ya se mencionó se mostró que los niños entendieron y supieron aplicar a
esta actividad, las prioridades, tema de gran importancia en el curso, en donde
lograron diferenciar las cosas necesarias como la comida, educación y
vestimenta de cosas innecesarias como el cine, los juguetes, es decir, del
entretenimiento.
Por último, en
la sesión final llevamos premios a los primeros tres lugares de la actividad de
los frijolitos, quienes aparte de pagar su deuda inicial al banco, realizar las
compras necesarias (comida, vestimenta y medicamentos) y pagar sus estudios,
lograron ahorrar, uno de los objetivos principales de este curso, por lo que
consideramos apropiado que fueran premiados, para así mostrar que cuando te
organizas, haces tus pagos a tiempo, haces prioridades y ahorras, al final de
todo te verás recompensado de alguna manera.
En esta última
sesión, tuve la oportunidad de platicar con dos de los niños ganadores de la
actividad de los frijolitos, Maritza Viera Flores de 8 años y Alexander Sánchez
también de 8 años de edad. Maritza, mencionó que su actividad favorita fue
precisamente la de los frijolitos, también dijo que si ahorraba y que su
objetivo era comprarse: colores, pincelines, marcadores, plumas, libretas y un
celular, para así tomarle fotos a su mamá, a su hermano y al rancho. Por otro
lado, dijo que antes del curso no ahorraba y después de las clases y de
aprender todos los beneficios que ahorrar trae consigo, se dispuso a ahorrar, lo
único que no le gustaba, es que a veces su papá le pedía el dinero y ya no se
lo regresaba, pero después mencionó que el origen del dinero era de su papá y
su abuelita- así que suponemos que en cierta manera, sí se lo regresaba. De
igual manera, señaló que le gustaron mucho las clases, que aprendió muchas
cosas y que lo que más se le “quedó” fueron los tipos de seguros y los
intereses buenos y malos.
Por último,
Alexander también mencionó que le gustaron mucho las clases, que desde que
empezaron se puso a ahorrar porque busca, cuando esté grande, comprarse una casa. Señala que su abuelita es la que le da el dinero, que él
después ahorra y que lo que más recuerda de haber aprendido son los intereses
buenos y malos, señalando por último que estaba muy contento con su regalo,
mostrándolo con una sonrisa enorme.
Para finalizar,
creo que la recompensa más grande para todos nosotros, los que formamos parte
de este servicio, es saber que de alguna u otra manera inferimos en la vida de
éstos niños, ya que de acuerdo a las actividades, mostraron que lo aprendido en
clase, logró rebasar estas barreras de que lo aprendido en el salón de clases
solo queda como teoría, sino al contrario mostrándonos con sus sueños y sus
acciones, que en la práctica también saben que es ahorrar, que son los intereses,
qué son los seguros, etc…
Y quiero añadir,
que el objetivo que teníamos al empezar este servicio, se cumplió, y éste no
solo era –aunque sí muy importante- que los niños aprendieran los principios
básicos de la cultura financiera, sino también que todos los sueños son
alcanzables y que todos tenemos en nosotros la capacidad de volverlos realidad,
solo se necesita organización y planeación. Al final de todo, los niños y
nosotros entendimos, que el cumplir nuestros sueños y alcanzar nuestras metas,
depende solamente de nosotros.
Autora: Astrid Salazar.